lunes, 21 de diciembre de 2009

Las jaulas colgantes




Hasta el fin del siglo XVIII, en los paisajes urbanos y suburbanos de Europa abundaban las jaulas de hierro y de madera adosadas al exterior de los edificios municipales, palacios ducales, palacios de justicia, a las catedrales y a las murallas de las ciudades, también colgando extramuros de altos postes cerca de los cruces de caminos; frecuentemente había varias jaulas en hilera. Gran cantidad de ejemplos subsisten hoy en día (por ejemplo en el palacio ducal de Mantua, en el ábside de la catedral de Münster en Alemania).
Las víctimas, desnudas o casi desnudas, eran encerradas dentro y colgadas. Sucumbían de hambre y sed, por el mal tiempo y el frío en invierno, por el calor y las quemaduras solares en verano; a menudo habían sido torturadas y mutiladas para mayor escarmiento. Los cadáveres en putrefacción generalmente se dejaban in situ hasta el desprendimiento de los huesos.

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